Preocupación por el rumbo que está tomando el deporte de formación
Ha llovido un poco (tampoco demasiado y necesitamos esa lluvia con cierta urgencia) desde la última vez que estuve como DT de un club. Desde entonces ha cambiado un poco el deporte en general, y el deporte de formación en particular. Opiniones para todos los gustos seguramente y acusaciones directas entre unos y otros. Como siempre voy a dar mi opinión al respecto porque me preocupa enormemente el rumbo que está tomando el deporte de formación.
Vivimos en una sociedad ultra competitiva, en la que es más importante el yo que el nosotros. Se han perdido los valores y la educación y se ha normalizado la incivilización de los individuos. El respeto por el prójimo está prácticamente desaparecido y se ha instaurado la tiranía del yo por encima de todo y de todos. Y esta situación se ha empezado a trasladar al deporte y, lógicamente, al deporte de formación también.
Esta temporada he iniciado, de nuevo, mi trabajo como DT de un club. Dentro de mi trabajo entra el visionado de infinidad de partidos de baloncesto de todas las categorías y de todos los niveles. Actualmente llevamos 6 jornadas en los niveles más altos y 2 o 3 jornadas en el resto. En un gran número de partidos he estado sentado en las gradas de los pabellones junto a los acompañantes de ambos equipos, y lo que he podido presenciar es realmente preocupante. El nivel de crispación que se detecta en la grada es demasiado grande para que esto pueda funcionar. Crispación, protestas, comentarios, indicaciones, todo ello dirigido a los árbitros y, en menor medida a los jugadores/as rivales, pero también hacia los propios, a los entrenadores e incluso entre aficiones/acompañantes. Se dice hace tiempo que el baloncesto se está futbolizando, pero lo único que está pasando es que se está reflejando la sociedad en que vivimos dentro del deporte, y eso es muy preocupante. No sería la primera vez que vemos que se llega a las manos entre aficiones/acompañantes.
Y, ¿Cómo podemos corregir esto? ¿Realmente se quiere corregir? Cada día hay más hooligans en las gradas y eso va en contra de los que practican deporte. He visto jugadores bloqueados por lo que tienen que soportar desde arriba. He visto árbitros (en formación, recordemos) llorando en el descanso de un partido porque no aguantaban más la presión y los insultos desde la grada. ¿Realmente es eso lo que queremos? ¿No podemos ir a animar y a disfrutar del deporte de formación?
Seguramente muchas de esas personas que desde la grada vociferan me dirán que es que los entrenadores no están preparados para entrenar los equipos que entrenan, que los árbitros son muy malos y que los jugadores no se enteran. Ése es su escudo cuando se sienten interpelados, porque ellos creen saber mucho más que todos los que están involucrados en la formación de esos jóvenes deportistas y que han estudiado para ello. De todo hay entre el colectivo de entrenadores, de árbitros y de jugadores, como todo en la vida, pero de ahí a esa agresividad gratuita…
Pienso que desde los clubes debemos hacer un esfuerzo para erradicar esas conductas de las gradas, pero muchas veces hay miedo a perder algún jugador “top” por enfrentarse a algún padre/madre por su comportamiento en las gradas, y deberíamos pensar que ese jugador nunca llegará a ser TOP con alguien a su lado que se comporta de esa manera. Creo que hay una labor importante de educación, ya no hacia los jugadores, que es evidente, sino hacia las familias, de manera que se den cuenta de que eso no ayuda en nada al desarrollo de los deportistas.
No quiero demonizar a la grada porque no todo el mundo es así, pero sí quiero hacer visible que cada vez hay más "personas aisladas" que se comportan así. Y esto lo puedo asegurar porque estoy en la grada cada fin de semana como DT, pero también como padre.
Desde el colectivo de entrenadores también podemos contribuir en forma de menos quejas y gesticulaciones, que generan inquietud en la grada, cuando algo no nos gusta o no estamos de acuerdo. Sin olvidar que también los entrenadores nos equivocamos y no nos vienen a decir todo el tiempo que nos estamos equivocando.
En definitiva, creo que es importante que desde todos los estamentos se trabaje conjuntamente para eliminar este exceso de crispación de las gradas y que realmente se venga a disfrutar del juego. Dejemos que disfruten del deporte que practican.