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"La gracia de los resultados"

  • Lluís Escudero
  • 26 ene 2018
  • 3 Min. de lectura

Aunque el tema es recurrente no deja de sorprenderme. Los entrenadores que estamos acostumbrados a entrenar equipos de formación nos encontramos con este fenómeno habitualmente, de manera que es el pan nuestro de cada día. Esto significa que, por mucho que nos esforcemos, nunca se entiende el trabajo que hacemos. Todo el mundo habla de la paciencia que hay que tener con los equipos de formación, de que no importa el resultado, pero cuando hay entrenadores que realmente utilizan ese criterio, rápidamente surgen las primeras voces de discrepancia. Probablemente no se lo dicen al entrenador directamente pero sí se comenta en la grada, tanto por parte de otros entrenadores como de padres de jugadores.

Foto: Xavier Castellví


Esto, evidentemente, es una interferencia en el trabajo del entrenador. Doy por supuesto que todos los entrenadores trabajan de acuerdo a unas directrices que vienen dadas desde la coordinación o dirección técnica. Estaremos de acuerdo en que, sobre todo a nivel de equipos de minibásquet o incluso hasta infantiles, hay que trabajar las habilidades motrices y técnicamente los fundamentos básicos hasta que son capaces de dominarlos perfectamente. No debemos pasar a otro nivel sin antes haber interiorizado lo trabajado ya que lo único que conseguiremos es que los jugadores no avancen correctamente en su formación y eso lo pagaran posteriormente cuando se les pida, un poco más adelante, una evolución en su juego. Dicen que “la paciencia es la madre de la ciencia” y es bueno aplicarlo en formación.

Foto: Xavier Castellví


Como hablamos de formación hay que tener en cuenta, por ejemplo, el paso de mini a preinfantil. Este cambio significa mucho para los jugadores ya que se encuentran con un cambio en las dimensiones de la pista así como la altura del aro y, en algunos casos, hasta un cambio en el tamaño del balón. En este cambio hay un “reaprendizaje” de los conceptos técnicos para poder adecuarlos a las nuevas dimensiones de la pista, o incluso a su propio cambio físico. Este proceso es complicado para todos los jugadores, en algunos casos desemboca en una pequeña frustración debido a que algunas cosas que antes podían hacer sin ningún esfuerzo se convierten en un duro trabajo que requiere de un tiempo para poder adaptar.


Debemos “acompañar” al jugador en el aprendizaje y eso no corresponde solamente al entrenador o al cuerpo técnico del equipo sino también a los padres y el entorno del jugador. Suficiente tiene el jugador con tener que cambiar muchos de sus hábitos en la pista para soportar que, encima, se le diga que ya no lo hace como antes….


Insisto en que hay que tener paciencia y no querer correr por el simple hecho de que haya quien lo haga y eso le dé resultado a nivel de marcador en este momento. Habría que preguntarse si cuando lleguen a categoría junior esos mismos jugadores obtendrán esa misma ventaja que tienen ahora. Falta, a mi juicio, esa paciencia que haga que esos jugadores vayan aprendiendo a ubicarse en la pista, a entender el juego y a saber qué, cómo y porqué juegan lo que juegan. Queremos jugadores inteligentes en la pista y que sean técnicamente buenos pero eso requiere un trabajo de base que muchas veces no se da por las prisas en obtener resultados a nivel de marcador.

Foto: Xavier Castellví


Como dice el título “la gracia de los resultados” tapa las carencias de los equipos, de los jugadores. Parece que hay que competir por conseguir la mayor diferencia posible en el marcador sin importar cómo se hace. A veces, después de ganar un partido, se puede hacer ver al jugador que NO es lo que buscamos. Quizás es mejor ganar de menos diferencia o incluso perder el partido si con ello conseguimos que los jugadores aprendan cómo hay que actuar en determinadas situaciones y de qué manera jugar en la pista. Quién no ha oído más de una vez, después de algún partido ganado, “hoy lo habéis hecho muy bien”, y si resulta que no estamos contentos con el trabajo que se ha hecho en la pista?. No es el qué sino el cómo. No es si hemos ganado o de cuanto sino cómo hemos llegado hasta ahí.



Comments


 opinión: 

 

Acostumbro, desde mis inicios, a entrenar, sobretodo, equipos de formación. Entiendo que la formación es la base que tiene cada jugador para construir su manera de expresarse en la pista.

Lo que será el jugador cuando llegue a senior depende de lo que se haya trabajado con él en edades tempranas de formación.

Actualmente hay una tendencia a apostar por los resultados y los títulos a costa de ese tiempo de formación.

 próximos eventos: 

 

Campeonato de España de Selecciones Autonómicas de Minibasket (San Fernando)

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